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Canción de la torre más alta
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Ociosa juventud
Esclavizada a todo,
Por delicadeza
Me perdí la vida.
¡Ah! Que venga el tiempo
En que los corazones se enamoren.
Me dije a mí mismo: deja,
Y que nadie te vea:
Y sin la promesa
De los goces más altos.
Que nada detenga
El augusto retiro.
Tuve tanta paciencia
Que sólo queda el olvido.
Temores y dolores
Partieron al cielo.
Y la sed maldita
Oscurece mis venas.
Así la Pradera
Liberada al olvido,
Más alta, florecida
De incienso y cizañas
Al zumbido feroz
De cien moscas sucias.
¡Ah! ¡Mil viudas
De un alma tan pobre
Que sólo tiene la imagen
De Nuestra Señora!
¿Acaso hay que rezarle
A la Virgen María?
Ociosa juventud
Esclavizada a todo,
Por delicadeza
Me perdí la vida.
¡Ah, que venga el tiempo
En que los corazones se enamoren!
Mayo de 1872.
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Chanson de…
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