Delmore Schwartz: Braceando medio a ciegas

Poesía de Delmore Schwartz. Conocimiento del verano es una excelente puerta de entrada a la obra del bardo neo-yorkino.


Admirado por Lou Reed, el mismo que le dedicó un impresionante poema publicado en Poetry hacia 2012, Delmore Schwartz (Nueva York, 1913-1966) fue un poeta de poetas, apreciado en la posteridad por un público selecto: “Algunos pensaban que era borracho pero, en realidad, era un maníaco depresivo—que es como tener el pelo castaño”— sentenciaba el difunto líder de The Velvet Underground.

Al igual que Dylan Thomas, su contemporáneo, recorrió más de una vez borracho las calles del Village de Nueva York, y eligió el White Horse Tavern como escritorio público de su oficio y arte sombrío. El trágico final de Dylan, sin embargo, recobró tintes más mitológicos. Con respecto a Delmore, y más allá del impacto social de su figura y su eventual declive (luchó contra una enfermedad mental y sus últimos años estuvieron marcados por episodios de pobreza, alcoholismo y adicción), su literatura sobreactúa aún mejor el papel del “poeta americano moderno” que vivía en los márgenes de la bolsa y de la gran babilonia gris plata.

Bien hace Walter Cassara, traductor (junto a Daniela Camozzi) y prologuista del libro, en remarcar el contexto de producción en Delmore: “De alguna manera, sin quererlo, a él le tocó hacer el trabajo de zapa de la nueva generación; ir socavando el ya agónico edificio del modernismo, con todos sus aciertos formales y con todas sus rémoras elitistas, e ir braceando medio a ciegas hasta las luminarias de los nuevos tiempos, a consecuencia de lo cual su poesía puede dar la impresión de no haberse consolidados plenamente, de haberse suspendido en carrera hacia la segunda base, a medio camino entre la impersonalidad y el intelectualismo de la poética eliotiana, y el giro radical hacia el discurso lírico-autobiográfico, que no tardaría en imponerse en la voz de sus coetáneos”. 

Este repliegue de sus dos más admirados poetas, con quienes compartió correspondencia (T.S. Eliot y Ezra Pound), se observa no sólo su lirismo, sino en la elección de sus temas y escenarios poéticos. O dicho de mejor forma, Delmore no reniega de su condición de estadounidense —incluso desde los márgenes de Brooklyn— y combina en su trabajo las máscaras de Hamlet y Baudelaire junto a la de Marilyn Monroe y la Metro Goldwyn Meyer: “Miré hacia la película, el sueño en común, / él y ella en primer plano, más próximos que en la vida, / y acepté todas las cosas en su apariencia”. 

La presente antología reúne muchos de los poemas incluidos en Selected Poems: Summer Knowledge (New Directions, 1967), lo cual permite ver el progreso y el aporte verídico del Delmore en el género. A medida que avanzamos, y respecto a lo que Delmore retoma y supera de la tradición, lo que queda es una distintiva personalidad musical, una capacidad de multiplicidad sonora (encabalgamiento, aliteración, rimas internas), que apunta a una recepción sensorial (al igual que Eliot y su imaginación creativa), y que daba una mayor preponderancia al significante (o música) por encima del significado : “The sea laves / The Shaven sand” (El mar pule / la arena desnuda); “An endlessly helplessly falling and appalled clown” (un payaso aterrado que cae, eternamente y sin remedio). Delmore era capaz de soltar los escarabajos más oscuros y hacerlos invisibles en el aire, algo que compartía con Dylan Thomas y con el posterior Frank Stanford, quien resumía su técnica como un mero “mean and sing” (decir y cantar): “For summer knowledge is the knowledge of death as birth” (Para el conocimiento del verano es el conocimiento de la muerte como un origen).

Schwartz murió de un infarto en el Hotel Columbia. Durante tres días nadie fue a reclamar su cuerpo. Sus amigos, quienes informaron que Schwartz se había perdido de vista por más de un año antes de su partida, se enteraron de su muerte al leer los obituarios.


Publicado en Revista Ñ – Diario Clarín, 13/06/2023 | Delmore Schwartz, Conocimiento del verano y otros poemas. Traducción de Daniel Camozzi y Walter Cassara, Huesos de jibia, Buenos Aires, 2023, 126 p.

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